Avalan a IP en Pemex, pero critican iniciativa

La discusión de la propuesta de reforma a Petróleos Mexicanos (Pemex) del presidente Felipe Calderón registró ayer un día de críticas, por la apertura de la petrolera a la participación de particulares. Aun quienes apoyaron la inclusión del sector privado en el proceso petrolero nacional, expresaron riesgos, dudas y temores por las imprecisiones y laxitud de la propuesta en cuanto a adquisiciones, contratos y obras públicas, tema del debate ayer en el Senado de la República.

El consenso mayoritario fue que el actual marco de compras y adquisiciones es obsoleto, no le funciona más a la paraestatal; por ello, hablaron de la urgencia de modificarlo.

Hubo un rotundo no a los contratos de riesgo. La izquierda dijo que la propuesta presidencial los incluye; el resto lo negó.

“Yo estoy totalmente en contra de los contratos de riesgo. Estoy en contra de que Pemex asuma exclusivamente el riesgo de un pozo seco”, expresó Rogelio López Velarde.

Otro punto de coincidencia entre los ponentes fue que la reforma no debe llevar a Pemex a un esquema extranjerizante.

Los representantes de la izquierda, Víctor Rodríguez, Alfonso Hickman y Carlos Huerta, pidieron al Congreso no aprobar la iniciativa, porque los contratos de desempeño son contratos de riesgo encubiertos y generarán la pérdida de la renta petrolera.

David Shields consideró importante la iniciativa, pero “no bien lograda”; Manuel Barquín la calificó de necesaria, pero “con puntos contraproducentes”; Rubén Valdez y Rogelio López también señalaron aspectos a mejorar. Sergio Guaso, subdirector de Nuevos Modelos de Ejecución en Pemex Exploración y Producción de Pemex, instó a que los legisladores la respalden.

Víctor Rodríguez Padilla, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consideró que la iniciativa presidencial propone “legalizar la opacidad de la contratación”; explicó que el pago en efectivo “no evita que el contratista sea el primer beneficiado de los recursos naturales mexicanos, porque las empresas privadas son especialistas en vender contratos a precios de oro”.

Alfonso Hickman, ex trabajador de Pemex, advirtió que “no se puede fortalecer a Pemex desmantelándolo”; por ello, pidió rechazar la propuesta presidencial, porque es “contraria a los intereses de nuestra soberanía y del desarrollo de nuestra industria nacional”. Carlos Huerta, asesor del PRD en la Cámara de Diputados, destacó que el esquema de contrataciones propuesto por Felipe Calderón es “anticonstitucional”, porque comparte la renta petrolera; pretende legitimar el proceso de conversión de la paraestatal en una agencia administradora de contratos.

Rogelio López Velarde, ex comisionado de Pemex en Houston y Nueva York, respaldó la iniciativa presidencial, porque la petrolera “no puede seguir contratando de la manera en que lo ha venido haciendo, con un ordenamiento jurídico claramente anacrónico, obsoleto e inapropiado, sino que requiere incrementar su eficiencia operativa y para ello necesita de mejores prácticas contractuales”.

Aceptó, empero, que es necesario hacer algunas precisiones para que los nuevos lineamentos no generen un problema posterior.

David Shields, director de la revista Energía a Debate, destacó que la iniciativa presidencial es positiva, pero “no está bien lograda”; por lo cual hizo observaciones a artículos, frases, párrafos, para evitar la excesiva laxitud del planteamiento en algunos aspectos de los contratos.

“Decepciona el hecho de que no exista sobre la mesa una reforma petrolera mejor que la puesta por el presidente Calderón”, dijo, y agregó que si Brasil y Noruega cuentan con un mejor modelo, es porque sus gobiernos y sus legisladores se pusieron de acuerdo en beneficio de su país, mientras aquí la polarización prevalece.

Manuel Barquín, ex consejero de la Judicatura Federal, aseguró que algunas de las soluciones planteadas por la iniciativa presidencial son certeras y pueden pasar con modificaciones menores, pero otras necesitan “cirugía mayor”; de no corregirse, “se corre el riesgo de privarla de eficacia y de que algunas propuestas; por la forma como se plantean, resulten contraproducentes”.

Rubén Valdez Abascal, director de Asuntos Jurídicos de la Presidencia de la República con Miguel de la Madrid, aseguró que los contratos propuestos por Felipe Calderón son procedentes, porque “darán mayor flexibilidad a Pemex. para contratar de manera transparente los servicios que requiere; darán mayores oportunidades de negocios y les permitiría aprender de los mejores, para a partir de ahí iniciar un camino hacia el desarrollo de la tecnología propia”.

Criticó, empero, los criterios “subjetivos” y la carencia de “claridad conceptual”. “Tengo dudas sobre si el contenido del artículo 44 de la iniciativa es suficiente para dejar en claro que se crea un régimen especial de contrataciones de Pemex distinto del régimen general vigente, pero ésta y tal vez otras imprecisiones de la iniciativa seguramente serán observadas y superadas en su oportunidad por los señores legisladores”.

Sergio Guaso fue el encargado de defender la iniciativa. Recordó que el esquema actual de contrataciones de Pemex no la trata como una empresa petrolera, sino como una dependencia más del Ejecutivo; entonces “resulta igual contratar la construcción de una barda que la perforación de un pozo exploratorio en aguas profundas”.

“Para que no exista confusión dijo—, el pago en efectivo y sin relación con el valor de la producción garantiza que los contratos de Pemex no se asemejen a los contratos de producción o utilidades compartidas, típicos de la industria en otras partes del mundo, mejor conocidos como contratos de riesgo.” EXonline. Leticia Robles De La Rosa